Todo lo que está mal en la música clásica
En contra del esnobismo musical
¿Conocen Quora? Es un sitio con muchas preguntas y respuestas muy interesantes, en las que suelen participar especialistas.
Hace unos días encontré una pregunta que dice así: “¿Por qué la música clásica es difícil de entender para las clases más bajas?” (Why is classical music hard to understand for lower classes?)
Sí, una pregunta ridícula, pero que muestra en qué situación estamos. Las primeras respuestas no cuestionaron la pregunta, explicaban que “la música clásica tiene una sintaxis muy compleja” y que “las clases bajas no tienen exposición a la música clásica en edades tempranas”. Con el correr del tiempo, se empezó a cuestionar la pregunta, reconociendo la dificultad que hay en comprender la música clásica, pero que no tiene nada que ver con la “posición social” de las personas.
Bueno, todo eso está mal, y no hace más que alejar más a la música de la gente, y a la gente de la música. La pregunta que hay que hacer tiene que estar relacionada a disfrutar. Podríamos preguntarnos ¿Cómo hacemos para que más gente pueda disfrutar de la música? Puede ser clásica, o del estilo y/o época que se les ocurra. Cada vez menos gente disfruta menos de la música, pero también se disfruta menos de muchas otras cosas. Tal vez se esté disfrutando de otras cosas, de nuevas tecnologías con estímulos más fuertes, que manejan otros tiempos y otros rituales. Y está bien, es sólo partiendo desde aquí que podemos intentar algo.
La música clásica tiene mucho de esnobismo, mucho de mística, mucho de secreto. ¿Qué es un snob? Es alguien que cree que hay una correlación entre el estatus social y el valor de una persona, que se siente superior, y que juzga a partir de lo que ve. Los snobs se encargan de hacer que la música sea sólo accesible a una elite, y hace que perduren comportamientos que alejen a quienes no pertenecen. He tenido miles de charlas con snobs. Ellos no quieren que cualquiera pueda entender la música, ellos cuidan que los secretos no se expandan, aunque no saben muy bien cuáles son esos secretos y tampoco los entienden muy bien. Sospecho que, si esos secretos se hicieran públicos, no se darían cuenta. Hay snobs de todo tipo, desde compositores, directores de música muy famosos, celebrities, músicos, profesores, estudiantes, periodistas, y simples asistentes.
Quiero dejar bien claro para quienes crean que no saben de música: escucha y disfruta. Nadie sabe mucho de música cuando está escuchando. Podemos conocer biografías, fechas y relaciones, pero la música sólo necesita tiempo. Siéntate a escuchar, es todo lo que se necesita. Escuchar y un poco de confianza. No te dejes llevar por quienes quieren alejarte. Pueden parecer personalidades muy importantes que, desde el podio se molestan porque alguien aplaude en el momento equivocado, e inmediatamente alguien en la tribuna empieza a chistar. Sepan que chistar es peor que aplaudir en el momento equivocado. No hay momento equivocado para aplaudir, si es algo que proviene de un gesto de gratitud. Sí está mal querer ser el primero en aplaudir porque quieres irte a tu casa rápido. Si estás metido en la experiencia musical, no hay apuro en aplaudir, el impacto artístico necesita tiempo, espera a que el sonido se apague, en el exterior y en el interior, y entonces sí, podés aplaudir.
Tenemos que transparentar lo que está pasando. Los músicos tenemos la obligación de contar al público acerca de lo que está por escuchar. El público lo agradece. Todo lo que sirva para acercarnos, y para ser cada vez más, es bienvenido.
Para terminar, hay un ejemplo genial del pianista James Rhodes. En 2013 dio una charla TedxOxford llamada “Pianos, Sharks and Nazis”.
La charla es sobre música clásica, pero como los nazis y los tiburones aparecen en los videos con más reproducciones, y la música clásica necesita toda la ayuda posible para llegar a más gente, ¿qué importa?, incluyámoslos en el título.
Esa es la actitud, eso es lo que necesitamos.