La Alegría desbordante de la Novena de Beethoven
Y un día llegamos a la Novena… ¿qué se puede decir acerca de la Novena que pueda entrar en un pequeño post? Deberíamos armar un curso entero y publicar un libro (como si no hubiera ninguno) acerca de esta sinfonía que marcó un antes y un después en la historia de la música. En este caso, esta vez, me interesa apuntar a algo más superficial, que a veces no alcanzamos a ver por intentar ir demasiado profundo. Para ir a lo profundo están esos cursos y esos libros, pero a veces nos olvidamos de lo central.
“Lo central es la música”, es lo primero que diría. Escuchar. “La música y la letra”, ampliaría. Claro, la novena es la primera sinfonía de la historia que incluye un coro que aparece en el cuarto movimiento; y ese coro tiene palabras que se cantan sobre melodías que hacen referencia a la música de los tres movimientos anteriores. La Novena es la primera sinfonía que contiene elementos extra musicales que podemos deducir a partir de un texto.
Entonces, primero, una pequeña, e inevitable, puesta en contexto: Beethoven compone 8 sinfonías en 12 años, y luego tarda otros 12 años más en estrenar la Novena. Había escrito la Octava 1812 y la Primera es de 1800. La Novena fue estrenada el 7 de mayo de 1824 en el Kärntnertortheater en Viena; 10 años después del último estreno de una sinfonía de Beethoven; había mucha expectativa.
La concepción de la Novena es muy anterior: se sabe que ya en 1793 escribió en una carta que quería ponerle música al poema de Schiller “Freude.” Luego, en su Fantasía Coral de 1808 anticipa elementos de “Freude.” En 1811 empezó a manipular los primeros versos de “Freude.” En 1817 empezó a bosquejar temas que aparecerían en el primer, segundo y cuarto movimiento de la Novena, sin embargo, en 1923 todavía no estaba seguro acerca de usar un coro en el último movimiento de la sinfonía.
El musicólogo William Kinderman dice en su libro Beethoven: “La Novena Sinfonía se ha convertido en un modelo insuperable de cultura afirmativa, que incorpora una narrativa mítica que describe problemas ineludibles de la vida moderna y concibe una solución potencial.”
La Novena es una visión de la lucha de nuestros días y una posible Utopía. Los movimientos 1, 2 y 3 exploran polaridades, incertidumbres y las luchas del presente. Son resueltos en el cuarto movimiento, que describe una utopía trascendental para el futuro, en el que, como dice Schiller: todas las personas serán hermanos.
Ahora sí, puesta en contexto, quiero hablar acerca del Himno a la Alegría.
Durante muchos años, y en alguna medida aún hoy, la academia ha opinado algo así como que “la Novena es una de las obras más importantes de la historia, a pesar del Himno a la Alegría”. Cuando me enseñaron a pensar de esa manera era muy chico y no era del todo capaz de refutarlo. ¿Qué tendría de malo el Himno a la Alegría? Bueno, para empezar, es una melodía bastante simple, y se supone que la música de concierto debe ser más compleja, debe tener muchas capas y debe ser analizada por años. Por otro lado, lo que dice la letra es bastante ingenuo: “¡Alegría, hermoso destello de los dioses, hija del Elíseo!, Ebrios de entusiasmo entramos, diosa celestial, en tu santuario. Tu hechizo une de nuevo, lo que la acerba costumbre había separado; todos los hombres vuelven a ser hermanos, allí donde tu suave ala se posa.”
Hoy, me interesa mostrar otra manera de pensar en el Himno a la Alegría. Primero, en relación al poema de Schiller: hablar de la hermandad de todos los hombres en la Viena de 1824 era revolucionario. Hoy es muy fácil, pero allí había una monarquía, una aristocracia, gente muy interesada en mantener sus privilegios; quien dijera algo así podría terminar preso de no ser Beethoven.
Segundo, lo más interesante: el tema musical, la melodía simple. Beethoven no está preocupado por lo que digan acerca de la complejidad de su música, hace lo que considera necesario para cada circunstancia. El Himno a la Alegría u Oda a la Alegría forma parte de una sinfonía que es ejecutada por más de 180 músicos, suena fuerte y tiene como objetivo llegar a mucha gente. Beethoven está transmitiendo un mensaje universal, para que llegue a todos; Beethoven quiere cambiar el mundo, quiere que la música acerque a la gente. Si usara una melodía más compleja, la eficacia del mensaje sería más acotado. Aun así, tampoco es del todo cierto que se trate de música fácil de hacer, pero bueno, parece simple y muchos creen que lo simple es fácil de hacer.
Para demostrar mi punto, los invito a escuchar los Cuartetos de Cuerda Tardíos compuestos por Beethoven más o menos en la misma época. El Cuarteto de Cuerda es un género de música de cámara, interpretado por cuatro músicos en una habitación, están pensados para un contexto de mayor intimidad. Un crítico de la Allgemeine Musikalische Zeitung describió el Opus 127, el primero de los cinco cuartetos tardíos como “una extensa serie de caóticas fantasías incomprensibles, incoherentes, vagas, de la cual de vez en cuando emergen genialidades como relámpagos de una nube de trueno negro».
Sí, los últimos cuartetos son difíciles y geniales. Tal vez no sean para grandes audiencias, y no tiene nada de malo. El genio de Beethoven también está en saber diferenciar el ámbito en el que puede tener una aproximación más exploratoria y en cuál un enfoque más directo. No todos tienen esa capacidad.
Un bonus track: